El ex arquero, Gustavo Adolfo Moriconi, fue el héroe en una tarde de 1989 al atajar en un clásico, cuatro penales. Los torneos en esta temporada debían definirse por esa vía al terminar empatados tras los noventa minutos de juego.

De muchas maneras se puede quedar en el recuerdo de la gente, no sólo por grandes epopeyas se puede evocar a alguien, también por hechos o historias que quedarán para siempre a través de las generaciones.

El propio hincha le pondrá título a ese partido irrepetible que comentará miles de veces con amigos. “Sí yo estuve ese día en la cancha” dirá... “El día que el Loco Ciaccia se sentó sobre la pelota” o “El gol del Terremoto de Perdomo” o “La tarde que Moriconi atajó los 4 penales” o “El clásico del helicóptero”... Y así se podrían enumerar mil y un partidos con sus hechos y personajes.

Viajando en el tiempo, la historia nos transporta al domingo 7 de mayo del ´89. Se jugaba el clásico platense en el marco de la fecha 34º de la temporada 88-89, era el enfrentamiento número 107 del profesionalismo.

Cancha de ellos y el partido que a los 90 minutos de juego estaba igualado 1 a 1 (para el Lobo el Pampa Gambier ). El cotejo que terminaba empatado debía definirse por penales y el ganador sumaba un punto más. Y Gimnasia tenía un verdadero especialista bajo los tres palos, como Gustavo Moriconi.

Se cansó de atajar disparos desde los doce pasos, pero jamás imaginaría lo que haría esa tarde, atajar los cuatro tiros de los jugadores que vestían de rojo y blanco, y encima en el arco donde estaba la parcialidad local, la popular de calle 55.




RECUERDOS DE AQUELLA TARDE INOLVIDABLE

Gustavo Moriconi: ¨En aquel entonces había que desempatar por penales y tuve la suerte de atajar muchos. Fue muy especial para mí todo aquello, y lo de aquella tarde ni hablar.

Fue muy poco antes de irme a México, yo había tenido un buen nivel en el Club en la temporada, había atajado penales durante los partidos como por ejemplo a Walter Fernández de Racing, a Patricio Hernández de River, también a Daniel Passarella, y bueno en esas definiciones para desempatar también.

Pero lo de aquella tarde fue increíble. Me acuerdo que el partido había terminado empatado 1 a 1, el árbitro que fue Juan Carlos Loustau hace el sorteo y sale que había que tirar los penales en el arco donde estaba la gente de Estudiantes ¨.





El ex arquero emocionado continuó con el relato: ¨ Fue raro porque los dos equipos habíamos pateado dos penales cada uno y los habíamos errado. Yorno atajó los dos primeros nuestros a Mauro Airez y al Pampa Gambier, y yo se los había sacado a Ponce y Dalla Líbera. Recién metimos el tercero y el cuarto que los hicieron Daniel Pighín y Sergio Saturno y ahí sacamos la diferencia porque yo después le atajé los tiros a Nardoni y Trotta. Al final fue 2 a 0. Increíble.

No lo podía creer, los hinchas querían que me patearan el quinto penal (sonríe). Te digo, yo no me di cuenta de nada, cuando convertimos y ganamos y salen todos corriendo casi voy al arco de nuevo a seguir atajando.

El festejo en la cancha fue muy lindo. Pero la verdad, en el momento no caí en lo que había hecho, pero con el correr de los días el periodismo hablaba que era un récord, que esto, que el otro. Después se magnificó todo por los ingredientes, que era un clásico, que fueron cuatro penales, en el arco donde estaban los de Estudiantes, y ahí tomé real conciencia de todo¨.